Estados Unidos alerta sobre la crítica situación de la libertad religiosa en Nicaragua

La persecución religiosa en Nicaragua se ha intensificado en el último año, según el informe 2025 de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF).

Estados Unidos calificó la situación de la libertad religiosa en Nicaragua como "pésima", por la persecución de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

“El régimen de Ortega-Murillo (…), también acosó a líderes religiosos y fieles mediante amenazas, vigilancia ostentosa de los servicios religiosos y actos de vandalismo, incluso contra miembros de la Iglesia Morava, mayoritariamente indígena”, señaló la USCIRF, una agencia independiente y bipartidista del gobierno federal de los Estados Unidos.

En Nicaragua, la actividad religiosa, especialmente de la Iglesia Católica, se ha visto severamente restringida por el régimen. Desde 2022, la Policía ha prohibido procesiones tradicionales como el Viacrucis y fiestas patronales, bajo el pretexto de mantener el orden público. La dictadura ha cancelado eventos masivos, restringido retiros espirituales y bloqueado medios de comunicación católicos, como radios y canales diocesanos. Estas medidas buscan limitar las expresiones públicas de fe, que tradicionalmente congregan a miles y se han convertido en espacios simbólicos de resistencia.

Desde el 2018, la dictadura sandinista ha perseguido a la Iglesia católica y ha expulsado al menos 245 religiosos, entre ellos, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Carlos Enrique Herrera, así como a los obispos Rolando Álvarez, Isidoro Mora, sacerdotes y feligreses.

Al menos el 25% de los religiosos han sido expulsado de Nicaragua, otros han salido al exilio por la persecución de la dictadura Ortega-Murillo.

Intimidación a católicos

Según el informe de la USCIRF, "el régimen intenta controlar a la Iglesia católica por medio de arrestos, encarcelamientos y exilios arbitrarios de líderes religiosos y fieles, la cancelación de la personalidad jurídica de las organizaciones religiosas y el acoso e intimidación de los fieles".

“Estamos presenciando la represión sistemática de cualquiera que se atreva a desafiar el control del poder de Ortega y Murillo”, declaró Ariela Peralta, experta que contribuyó al informe. “Este es un gobierno en guerra con su propio pueblo”, reafirmó.

El Departamento de Estado de Estados Unidos añadió a Nicaragua a la Lista Especial de Vigilancia (LVV) de países con violaciones especialmente graves de la libertad religiosa en 2019. Esta designación se mantuvo hasta 2022, cuando se elevó a la lista de Países de Particular Preocupación (PCP). Esta última designación indica una mayor preocupación por el estado de la libertad religiosa en Nicaragua y suele conllevar ciertas consecuencias legislativas en forma de sanciones.